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domingo, 20 de abril de 2014
HISTORIA DEL FOLCLOR EN COLOMBIA
ORIGEN DE LA MUSICA COLOMBIANA
Para comprender el desarrollo musical de Colombia, es necesario tener en cuenta las condiciones sociales en las cuales se ha venido formando nuestra nación a partir de tres culturas: La aborigen americana, la española y la africana.
Influencia española:
Las expediciones españolas fueron regimientos de hombres de diferentes clases sociales y niveles de cultura, que luego de los prolongados viajes, encuentros sangrientos y pasajeras alianzas con los aborígenes, se dieron a la tarea de tener relaciones con las mujeres indígenas; esta situación se presentó debido a que los españoles no enviaron al principio familias, matrimonios o mujeres en sus expediciones.
Las expediciones españolas fueron regimientos de hombres de diferentes clases sociales y niveles de cultura, que luego de los prolongados viajes, encuentros sangrientos y pasajeras alianzas con los aborígenes, se dieron a la tarea de tener relaciones con las mujeres indígenas; esta situación se presentó debido a que los españoles no enviaron al principio familias, matrimonios o mujeres en sus expediciones.
Con la creación de los centros coloniales y el éxito de las grandes haciendas, la mezcla entre españoles e indígenas a nivel popular aumentó y se difundió, pero no dejo de ser una situación de desventaja y verguenza para los nacidos de estas uniones, a los cuales despectivamente se los llamaba "mestizos", que no gozaron de libertades o buenas garantías sociales. Pero esta mezcla no fue sólo de razas; recordemos que los aborígenes colombianos y los españoles tenían su propio idioma, religión, danzas, instrumentos musicales, artes y principios morales que comenzaron a influirse mutuamente para originar una cultura mestiza.
Influencia Africana:
Los aportes culturales africanos nos han llegado en dos épocas diferentes y en condiciones sociales distintas. Los primeros, se iniciaron con los rabes del Norte del África y su invasión y dominación de España (siglo VIII al XV D.C.); los españoles asimilaron durante 800 años buena parte de la cultura Afro-arabe y luego nos transmitieron esos valores culturales a partir del siglo XV D.C.
Los aportes culturales africanos nos han llegado en dos épocas diferentes y en condiciones sociales distintas. Los primeros, se iniciaron con los rabes del Norte del África y su invasión y dominación de España (siglo VIII al XV D.C.); los españoles asimilaron durante 800 años buena parte de la cultura Afro-arabe y luego nos transmitieron esos valores culturales a partir del siglo XV D.C.
Los segundos aportes se iniciaron a partir del siglo XVI con la llegada de los esclavos africanos, recibiendo nosotros su influencia en forma directa. Dada la destinación de los esclavos (minería, ganadería y agricultura), los sectores de los ríos Magdalena y Cauca y la costa Pacífica. Si bien es cierto, el comercio de los esclavos africanos comenzó a disminuir en el siglo XVIII y se frenó en el siglo XIX con la ley de la abolición de la esclavitud, la cultura africana continuó mezclándose con la española y en algunos sectores con la indígena, hasta transformarse actualmente en una de las raíces profundas de nuestra cultura colombiana.
La costa atlántica y su música
Esta región fue clave como punto de contacto y partida de expediciones conquistadoras y área de fomento del comercio. Por eso, allí aparecen antiguas y poderosas ciudades como Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Valledupar y Mompós donde se fusionaron indígenas, españoles y esclavos africanos.
Las fiestas y la música religiosas española en honor de la Virgen (La Candelaria, los Remedios, La Inmaculada), la Cuaresma, Corpus Christi, San Juan y La Navidad, sirvieron para catequizar indígenas y esclavos y comenzar el mestizaje musical, en el cual también influyeron las tertulias y bailes en las casas de los españoles acaudalados en donde danzas europeas cortesanas como la gavota, el rigodón, paspiés, pasacalle, contradanza y populares como la jota, el fandango y las seguidillas fueron lentamente asimiladas y transformadas por indígenas y africanos.
Los cantos vallenatos
Se iniciaron con antiguos cantos de vaquería propios de las zonas ganaderas de Valledupar, en donde el tambor de un solo parche, llamado ahora "caja" se unió a la guacharaca para servir de base a narraciones cantadas, que hablaban de las penurias y anhelos del campesino, reflejaban la crítica social o la visión picaresca y alegre de esos pueblos costaneros. Tal parece que sufre influencia de ciertos aspectos melódicos de los arhuacos y guajiros, luego de los africanos y de los europeos, de estos últimos con las coplas y décimas y con su aporte reciente del acordeón de botones.
Música de los andes colombianos
Los festejos religiosos de Navidad, Corpus Christi, San Juan y las peregrinaciones a los santuarios de la Virgen (Chiquinquirá, Monguí, Chinavita), sirvieron para unir en el ámbito popular a los españoles y los indígenas; para crear hacia el siglo XVII el torbellino, los cantos de la guabina y gran cantidad de juegos danzados.
Nacimiento del Bambuco
Los bailes de fandango, la tirana, el bolero y la seguidilla de la provincia de Andalucía, fueron muy populares entre la clase media española asentada en el territorio de Colombia. Estos Bailes constituyeron el punto de partida para la creación de fandaquillos criollos y el capituco, que evolucionaron y se diversificaron en el siglo XIX, gracias a los aportes indígenas y africanos existentes en los antiguos departamentos de Antioquia y Cauca, que se convirtieron en la cuna colombiana del bambuco.
Del vals al pasillo andino
En el siglo XIX en Europa, se propagó desde Viena (Austria) la música y danza de salón llamada waltz (vals) que al llegar a nuestro país se comenzó a distinguir con el nombre de "el strauss”, nombre tomado del apellido del famoso compositor de valses Johan Straus. Gracias a la sensibilidad artística de nuestros músicos, este aire musical se fue transformando en el "vals del país" o el "colombiano" y más recientemente en el "pasillo".
De los refinados salones de las principales ciudades colombianas, pasó a las plazas públicas y allí se convirtió en el "pasillo fiestero" que ha llegado a ser pieza obligada de las bandas de pueblo. Por último, es importante resaltar que la alianza entre nuestros poetas y compositores le ha dado al pasillo una alta calidad expresiva que se manifiesta de muchas formas en estos sentidos y conmovedores cantos del alma colombiana.
Costa pacífica colombiana
El trabajo de los esclavos africanos hizo prosperar las grandes haciendas del viejo Cauca (Chocó, Valle, Cauca, Nariño) y su mano de obra en las minas significó primero un enriquecimiento para la corona española y luego para los grandes terratenientes criollos. Las culturas africanas llegadas a esta costa fueron sensibles a la influencia cultural española, lo cual explica la gran asimilación y reinterpretación que hicieron de ella.
Dados los lujos de la aristocracia caucana, la música y la danza cortesana de Europa fue muy frecuente en sus tertulias y saraos (bailes) en donde se distraían al ritmo de danzas, contradanzas, mazurcas, polcas, jotas y algunos romances a cargo de señoritas aficionadas al canto. Es importante mencionar el papel que desempeñó un reducido número de esclavos dedicados al servicio doméstico, pues su contacto directo con la música y danza de sus amos, les permitió iniciar el proceso de asimilación, difusión y cambio de estas manifestaciones culturales europeas.
La religión católica con sus festividades de San Juan y Navidad, influye profundamente en el canto religioso popular de los esclavos, que gradualmente fueron substituyendo divinidades y ritos por salves a la Madre de Dios, trisagios, arrullos a los santos y al Niño Dios, balsadas fluviales y en honor a San Juan y para la Navidad.
El aporte cultural africano más fuerte y arraigado está en el currulao y el bunde, en el grupo musical constituido por marimbas de Chonta, conunos macho y hembra, bombo y el antiquísimo canto antifonal africano a cargo de las "cantaoras" y "repondeoras" que se acompañan con los guases (maraca tubular africana).
Música de los llanos orientales
Los aborígenes fueron tomando a su manera y sentir el canto popular español y los instrumentos de cuerdas (guitarricos, vihuelas, violines, arpas) que introdujeron los jesuitas y fueron mezclándose con carracas, maracas (capachos), y aun tomando la popular zambumbia de los campesinos españoles emigrantes.
Fuente:
Freddy Rojas Paisajes colombianos y su folclor
MAPA DE LAS REGIONES FOLCLÓRICAS DE COLOMBIA
La música colombiana contiene diversos géneros que identifican cada región del territorio haciéndose muy frecuente el hallazgo de varios estilos musicales en cada una de las regiones. Esta rica diversidad musical se origina en la fusión de razas, pueblos y culturas que originó la actual sociedad y cultura colombiana. Hoy en día se considera que en el país existen "ejes musicales". Estas representan regiones cuyas músicas comparten diferentes géneros musicales, instrumentos, etc.
Los ejes musicales de Colombia son los siguientes:
Índice
[ocultar]- 1 Eje del Caribe Occidental
- 2 Eje del Caribe Oriental
- 3 Eje musical del Pacífico Norte
- 4 Eje musical del Pacífico Sur
- 5 Eje musical Andino Nor-occidental
- 6 Eje musical Andino Centro-oriental
- 7 Eje musical Andino centro-sur
- 8 Eje musical Andino sur-occidental
- 9 Eje musical Llanero
- 10 Eje musical de Frontera / Amazónico
- 11 Eje musical Isleño
- 12 Eje musical de los Valles Interandinos del Pacífico
LINEA DEL TIEMPO DE LA MUSICA COLOMBIANA
Colombia, Cultura: Arte, Música, Folclore |
La variedad del folclore, la riqueza de arte y la diversidad de la artesanía de Colombia, demuestran que el país es un gran mosaico étnico y cultural. Su pasado de raíces indígenas, españolas y africanas, combinadas y mezcladas, ha producido una expresión en el presente, muy peculiar, que se percibe particularmente en las bellas artes.
Arte precolombino
La Balsa Muisca. |
El arte precolombino es conocido, sobre todo, por los trabajos en oro de las antiguas culturas indígenas consideradas como los mejores del continente americano. Antes de la época de la conquista numerosas culturas utilizaron el oro, curiosamente con técnicas muy parecidas, pero desarrollando estilos muy particulares.
El oro fue utilizado en la elaboración de pieza de joyería, anillos para la nariz, brazaletes o coronas y como utensilios y ofrendas para las ceremonias rituales.
La mejor muestra del trabajo en oro precolombino es la famosa Balsa Muisca, una pieza en hoja de oro que representa al cacique cargado de oro en una barca junto a los remeros, antes de bañarse en la laguna de Guatavita.
También son famosos los Tunjos, gordas figuras de oro que representan a feroces guerreros.
Por otro lado destacan los trabajos de la cultura Tolima con sus pectorales planos, que describen sencillas figuras humanas, así como los poporos de la cultura Quimbaya, recipientes con un alargado cuello donde se maceraba la hoja de coca.
Otras culturas, como la Tayrona, los Sinú o los Calima, dejaron excelentes trabajos. Todos ellos se exhiben en el Museo del Oro en Bogotá, el cual recoge la mayor colección del continente.
La alfarería precolombina es muy rica en formas y estilos lo que ha dificultado su clasificación. Desarrollada por grupos sedentarios de agricultores no sólo fabricaron objetos de uso doméstico como platos con alegres motivos o vasos decorados con múltiples colores, sino que también la utilizaron en sus ceremonias rituales como son las vasijas funerarias con figuras antropomórficas o de animales.
Múcura de tipo Guatavita. |
Las piezas más características provienen de la cultura muisca y tienen su mejor muestra en la gran variedad de múcuras, un cántaro especial de cuello delgado y decorado con motivos antropomórficos.
Esta pieza se utilizaba para tareas domésticas y ceremonias religiosas. Todavía se siguen fabricando de acuerdo a los procesos ancestrales, especialmente en las zonas rurales de Boyacá.
A diferencia de otras culturas suramericanas, en Colombia no se han encontrado imponentes construcciones o grandes zonas arqueológicas, a excepción de las grandiosas figuras de la región de San Agustín. Allí se han encontrado más de quinientas piezas talladas en piedra, representando dioses, hombres y animales, que demuestran el complejo culto religioso de este grupo indígena.
Sin embargo, las culturas precolombinas sí han dejado un buen ejemplo de lo que fueron en otro tiempo, en los cientos de piezas e instrumentos de trabajo que demuestran un alto grado de desarrollo y elaboración.
Arquitectura
No existen construcciones precolombinas que hayan sobrevivido al tiempo. La razón se halla en que la mayoría de los grupos indígenas utilizaron para la construcción de sus viviendas materiales muy frágiles: madera y fibras vegetales unidas con hojas de palma (tradición que continúa en algunas regiones del Caribe).
La piedra fue utilizada en pequeña escala para centros ceremoniales y sólo por los grupos más desarrollados. El mejor ejemplo de la arquitectura precolombina es la Ciudad Perdida, el antiguo centro de los indios Tayrona en la Sierra Nevada de Santa Marta. La mayoría de las viviendas han desaparecido, sin embargo, han permanecido las estructuras de piedra y una compleja red de terrazas y escaleras.
Vestigios de la Ciudad Perdida, en Santa Marta. |
Con la llegada de los españoles, el ladrillo y el azulejo fueron introducidos para la edificación de las nacientes ciudades coloniales.
El modelo urbano seguía un patrón dictado por la Corona en el que el centro lo constituían las plazas mayores y a su alrededor se erigían las iglesias y los ayuntamientos. De esta forma las disposiciones dictadas por la Corona influyeron fuertemente en la estética de Colombia. Se pretendía lograr un estilo de arquitectura sencillo y funcional, tónica que continuó hasta el siglo XVII. Con esta política de austeridad se pretendía corregir los excesos cometidos en México.
Sobre este legado español, base y estructura del neogranadino, se fueron sedimentando diversas influencias que dieron un carácter peculiar al arte colonial. Las primeras casas fueron construidas de acuerdo al estilo andaluz, pintadas de blanco con dos pisos, patios centrales y balcones.
La fuerte tradición católica española dejó numerosas iglesias y conventos en la colonia. Las situadas en Tunja, sede política de la Nueva Granada, Cartagena, Bogotá, Popayán y Pasto son un buen ejemplo.
Las primeras iglesias eran pequeñas y modestas, pero en los períodos posteriores tendieron a hacerse majestuosas, de dimensiones monumentales y profusamente decoradas en su interior. Son la mejor muestra del antiguo resplandor de la colonia.
La iglesia colonial de Pasto. |
Hasta el siglo XIX predominó la arquitectura de estilo español, aunque también se aprecian influencias italianas, francesas o inglesas. En la región de Antioquía se desarrollo una especial decoración, concretamente en el grabado en puertas, balcones y ventanas.
La arquitectura moderna apareció después de la Segunda Guerra Mundial, un estilo que se impuso de manera acelerada en la década de los años sesenta. Los mejores ejemplos pueden verse en las ciudades de Bogotá y Medellín.
Pintura y Escultura
El periodo colonial estuvo dominado por los motivos religiosos, incluso en los grabados sobre madera, retablos, estatuas en madera y altares elaborados por los artistas locales. Puede apreciarse en todas las iglesias de aquella época y en las diversas pinacotecas del país que cuentan con excelentes colecciones.
Los artesanos locales fueron introduciendo, de forma pausada, las influencias aportadas por los españoles, entre ellas el estilo mudéjar, desarrollado en España entre los siglos XII y XVI. Las mejores muestras se encuentran en las iglesias de Tunja y Bogotá.
Otro estilo que tuvo un fuerte arraigo fue el de la escuela quiteña, que tanto influyó en la mayoría de los países andinos.
Obra de Botero. |
Es a principios del siglo XX cuando los artistas colombianos experimentan y producen su arte original. Numerosos pintores y escultores iniciaron sus carreras en la década de los 30 y los 40 y el mejor ejemplo son las obras de Botero, conocidas internacionalmente.
Música
La música forma parte, desde tiempos precolombinos, de las ceremonias religiosas, fiestas y reuniones. Los indígenas utilizaron solamente instrumentos de viento y de percusión. Con la llegada de los españoles se introdujeron los instrumentos de cuerda y el mundo musical se hizo más complejo.
A ello hay que agregar la influencia de la música africana, importada por los esclavos, lo que originó una rica diversidad. Todos estos ritmos fueron fusionándose, provocando nuevos ritmos. Estas diferentes formas han otorgado a Colombia una rica heterogeneidad musical. Entre los ritmos más conocidos destacan la salsa, el vallenato y la cumbia.
Artesanía
Música y bailes con raíz africana. |
Después de la conquista, los indios incorporaron en sus trabajos las técnicas españolas pero manteniendo sus ancestrales motivos, diseños y modelos.
La gran variedad de plantas y materiales existentes en la región, contribuyeron a la diversidad de artesanía en la que destacan los trabajos en cestería, tejidos y alfarería.
Las cestas se encuentran en numerosas medidas, formas y colores.
Los tejidos, de gran calidad, evolucionaron enormemente gracias a la lana de oveja introducida por los españoles. Sin embargo, permanecen los diseños precolombinos y todavía en muchas regiones se utilizan rudimentarias tejedoras.
La alfarería ha sido adaptada a las necesidades actuales, presentando innovadores diseños de alta calidad. En algunas zonas se siguen haciendo reproducciones de la alfarería precolombina. El departamento de Boyacá es el principal fabricante de artesanías de todo el país.
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